He esperado un par de meses para escribir esto. A veces me estallan por dentro las palabras y necesito expresar la indignación, desde la serenidad, pero con la contundencia que merece el asunto. En este Estado supuestamente ‘democrático’ y ‘aconfesional’ (no lo digo yo, lo dice la Constitución española), me he visto obligada a despedir a una de las personas más importantes de mi vida en una capilla católica, único espacio existente en un tanatorio municipal público (el de Getafe) construido con dinero de todos y todas y gestionado, cómo no, por una empresa privada.
Lo primero que quiero decir, aunque quizá sobre, es que respeto profundamente las creencias religiosas o no religiosas de los demás. Defiendo plenamente que cada cual despida a sus muertos con el ritual que quiera. Pero resulta que en este país los derechos de las personas no creyentes, agnósticas o ateas no están tan protegidos.
Me gustaría decir que mi no creencia, mi ideología, es tan importante como tu creencia. Mi no creencia se basa en ideas, en reflexiones, en sentimientos, en valores. Tengo la sensación de que esto a veces se olvida.
Ella no era creyente. Yo tampoco lo soy. Ella no quería símbolos religiosos ni rituales católicos. Pero los hubo. Porque no teníamos elección. Por motivos muy poderosos, el dolor y la tristeza no me hicieron perder la claridad de mi mente, ni la calma interior, así que intenté reconducir la situación varias veces. Paso al relato.
Lo del negocio de la muerte da para otro tema, pero escuchar que de un tanatorio a otro entre municipios vecinos hay una diferencia del doble de precio porque “esto es como las viviendas, cuanto más cerca de Madrid más cara la sala velatorio” no debería extrañarme, aunque me cuesta dar crédito. No debería extrañarme porque son los mismos, los que no tienen escrúpulos al especular con el hambre, con el derecho a la vivienda, con la muerte de las personas, con el dolor.
Luego viene la parte de elijan el ataúd. El más sencillo, claro, porque Ella quería ser incinerada y de estas cosas habíamos hablado. Y ahí aparece un extenso catálogo en el que todos tienen un crucifijo. Sin crucifijo, por favor. Le extraña, se lo repito, lo pone por escrito. Si después de pasar ese trago, nadie se molesta en leer los papeles es como para indignarse, sí. Al día siguiente Ella llegó a la sala del tanatorio en un ataúd con crucifijo. No sólo eso, cuando la metieron en la sala velatorio le pusieron detrás otro crucifijo, vertical, mucho más grande. Qué difícil es esto, pero hay que ir a decirlo. En recepción explico, a pesar de mi tristeza, con toda mi calma y mi educación, que lo pone en los papeles (en los mismos donde anotaron los datos bancarios), que por favor lo miren. No voy a describir la expresión de la recepcionista mirándome como si yo fuera un ser de otro planeta. Casi entra en estado de shock, pero llama a su responsable y finalmente dicen que cambiarán la tapa. Así fue, llegó una tapa sin crucifijo.
Como la sala velatorio individual se queda pequeña para tanta gente y queríamos hacerle la despedida que Ella se merece, pregunté por la sala grande habilitada para ello. Es una capilla católica. Único lugar disponible para reunir a familiares y amigos. Vale, no hay más opción. Por supuesto, eso se paga aparte. Ya tenemos hora y la reserva. Ahora me pregunta a qué hora queremos el servicio religioso. No, gracias, no queremos servicio religioso. Otra vez me mira como si me hubiera fumado algo. En las siguientes horas tuve que responder unas cinco veces a la misma pregunta cuando me buscaban por el tanatorio para repreguntarme: No, gracias, no queremos servicio religioso.
¿Es necesario todo esto? ¿Por qué la Iglesia católica sigue teniendo el monopolio, también, de la muerte? ¿Por qué no respetan que hay otras formas de vivirlo, que incluso en esto hay alternativas?
Si lo que les preocupa es que las personas no creyentes no sabemos despedir a nuestros seres queridos, quédense tranquilos. La despedida que le hicimos a Ella fue sencilla y hermosa. Un homenaje a la vida, al amor que nos deja. Sus amigas nos sacaron sonrisas entre lágrimas, con recuerdos preciosos. Varias personas me han dicho que salieron de allí con mucha paz. Fue nuestra manera, que no es mejor ni peor, es la nuestra, y me gustaría no tener que desgastarme tanto para poder elegir mi camino libremente.
Hace un año escribí sobre esto, tras volver de un tanatorio. Varias personas me contaron sus experiencias. Auténticas peripecias para no seguir los trámites establecidos porque sí. A mí no me vale eso de “es que siempre se ha hecho así”. Pues ahora se cambia, no pasa nada. Me consta que muchos amigos creyentes piensan como yo, son de la otra Iglesia, la de base, la rebelde, la que no tiene nada que ver con Roucos y Gallardones.
Se mezclan en estas dinámicas establecidas varias cosas: una clara herencia del nacionalcatolicismo, de la imposición de un credo. Aún no nos hemos curado de algunas cosas, esta sociedad ha vivido más tiempo en dictadura que en democracia. No hay más que ver cómo nos quieren imponer otro rey. Y esa educación católica pesa mucho también en cómo se vive la muerte, con el luto y los sentimientos de culpa sobrevolando por todas partes. Darse la libertad para vivir esto a tu manera es liberador. Hay, también en el duelo, otros caminos de diferentes colores. Pero ése sí que es otro tema.
Me cuentan que en el tanatorio de Fuenlabrada hay una sala multiconfesional con símbolos de las diferentes religiones. Bravo. Creando espacios amplios donde cabemos todas las personas. Pero, ¿y si no quieres que presida tu despedida ningún símbolo religioso? ¿Es tan complicado hacer una sala multiusos, libre, a disposición de todos los ciudadanos y ciudadanas de este país, en la que cada cual elija adecuarla o no a sus creencias o convicciones?
¿Me van a obligar a despedirme de mis seres queridos cuando me muera -y a que ellos se despidan- rodeados de símbolos religiosos, aunque para mí sea una decisión madura, legítima, libre, no hacerlo así?
La despedida tras la muerte es un acto civil. Como la celebración del nacimiento. Defiendo la libertad para que cada cual siga el ritual religioso que quiera. Lo defiendo firmemente. Por eso me gustaría que a buena parte de la ciudadanía de este país se nos permita acceder al mismo derecho.
Yo me quiero morir (y despedir) de otra forma. A ver si me dejan.
No es la iglesia católica. Le aseguro que no hay un sólo mandato de ningún obispo, arzobispo, cardenal, sacerdote o monaguillo que estén interesados en fastidiarle un momento así. Simplemente forman parte de una minoría, y a la mayoría le gana la costumbre. Mal hecho, pero así es.
No creo que eso sea “culpa” de la Iglesia católica. Más bien del tanatorio, de la empresa que lo gestiona.
Soy sacerdote católico, y ahora hace, justamente un año, despedimos aun familiar muy cercano, hermano de mi madre, con quien matenía y mantengo (mi tía y primos ahora) muy buena relación, en una celebración absolutamente laica, aconfesional, civil,… como se le quiera llamar, desprovista de todo contenido religioso, muy emotiva y llena de cariño.
No recuerdo haber visto una cruz en la sala utilizada, que evidentemente servía también de capilla, pero que en este caso estaba completamente libre de símbolos religiosos católicos.
No creo que sea muy dificil disponer, como sugieres, de una sala multiusos que se pueda adecuar a las convicciones de cada cual.
Fue en Vitoria, tanatorio municipal creo recordar, donde tuvo lugar esta despedida.
Vivi algo parecido con la muerte de mi padre pero me dejé arrastrar y acabamos haciendo todo lo que no queriamos, sermón incluido de señor desconocido que no sabía nada de mi padre pero hablaba de el como si lo tuviera que absolver por algo. Ojalá yo hubiera tenido tu determinación porque son cosas importantes que hay que defender, si no luego se te quedan ahí por no hacer lo que tù o la persona fallecida hubierais deseado. Un saludo.
Pues me parece mal que no haya un espacio aconfesional para estas cosas en el tanatorio. Pero no entiendo porque precisamente a un ateo le tiene que molestar este tipo de cosas. Si no cree, es absolutamente irrelevante lo que haya alrededor (en relación a simbolismo religioso) y si hay una figura de Jesús, como si la hay de Lucifer, o de Buda. Para un ateo coherente serían muñecos. Otra cosa es que una persona sea anticatólica o antireligiosa (en general) entonces lo entiendo pero esto no tiene relación con creer en dios o dejar de creer, esto es tener tirria a la religión y hay que hablar claro. Entonces tenemos que exiges respeto para tu no creencia pero resulta que tu no creencia realmente se manifiesta en un desprecio palpable e incoherente a la religión de la capilla. Como religiosa no tendrías precio.
Insisto en que me parece mal que no haya un espacio aconfesional pero tú y la persona finada, además de ateas sois antireligión. Y esto es una cosa que muchos ateos no tenéis claro. Lo siento pero esa queja SOLO es comprensible y admisible en alguien que profesa otra religión o se declara abiertamente antireligión, no en alguien que simplemente no cree.
Yo antes era un “creyente” antireligión (entrecomillo creyente porque no tengo claro que esa palabra defina correctamente mi postura) pero desde que me di cuenta lo increíblemente sectarios, radicales, mentirosos e ignorantes que pueden llegar a ser los ateos antireligión, dejé de ser antireligión, si bien la religión sigue sin parecerme la mejor forma de vivir la espiritualidad.
Efectivamente no será culpa de la Iglesia Católica, sino de las costumbres de un país anclado en la tradición, y de que esto no tendría que surgir a iniciativa del pueblo sino de las autoridades en el momento en el que se votó la Constitución actual… tampoco sé si hay cementerios civiles más allá del de la Almudena en Madrid, en poblaciones pequeñas seguro que no, todos tienen Iglesia y normalmente una cruz en la puerta…
Enhorabuena por el artículo y por mantenerte firme en aquellos momentos.
En una misma localidad, dos sacerdotes han llegado a discutir acaloradamente en publico sobre a quien de los dos le correspondía la realización de un entierro al grito de “este muerto es mío”; obviamente su interés era más bien económico que espiritual.
Treis: Yo soy agnóstica, desde ahí cuento mi vivencia. En absoluto soy antirreligiosa, escribo en una revista cristiana y tengo grandes amigos creyentes. Ejerzo la tolerancia cada día. Presuponer que las personas que no somos creyentes no tenemos desarrollada nuestra espiritualidad es muy atrevido por su parte. Decir que no debería importarme o molestarme tener símbolos religiosos impuestos en la despedida a un ser querido (que expresamente tampoco quería tenerlos) es no entender nada de lo que he escrito. Mi concepto de libertad y respeto es muy distinto al suyo. Y es absolutamente coherente con cómo yo vivo la vida y la muerte. Es mi opción, al igual que usted tiene la suya. Gracias por todas vuestras aportaciones. Evidentemente es un debate que está ahí y hay que abordar.
A mi me paso lo mismo. Murió mi mujer y me impusieron dos crucifijos. Logré quitar uno, pero el segundo estaba clavado en el ataúd. Ella era atea y yo también. Bravo por este articulo.
Me parece inadmisible la imposición de cualquier símbolo o rito religioso en un entierro cuando el deseo del fallecido y de la familia es el contrario. Gracias por dar ejemplo y seguir defendiendo ese derecho aún en la difícil situación que supone la despedida de un ser querido.
No es por tocar las narices pero cuando dices
“En este Estado supuestamente ‘democrático’ y ‘aconfesional’ (no lo digo yo, lo dice la Constitución española) ” debes añadir lo que sigue a continuacion en la constitucion… ” Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”
y extraigo “relaciones de cooperación con la Iglesia Católica”
a partir de aqui, podemos seguir discutiendo lo que quieras
Estoy completamente de acuerdo contigo. Esto lo he discutido con mis padres, que son de los que dicen que siempre ha sido asi y que no va a cambiar. Yo estoy dispuesto a conseguir que esto cambie. Yo soy Ateo apostata y quiero una incineracion civil. La iglesia y demas regligiones que se financien con sus creyentes, pero no de los impuestos de todos. ¡¡Que Ya esta Been, Jo**r!!
Tuve el mismo problema con la muerte de mi hermano cuando tenía 13 años. Evidentemente mi reclamo por cumplir sus deseos no fue atendido. Pese a que dijo ex profeso lo que quería.
Sermón, recordatorios, crucifijos y tapa con crucifijo incluidos.. En esos momentos complicados emocionalmente es difícil lidiar con la estupidez humana y los patrones de “siempre se ha hecho así”. Incluso no respetaron su deseo de ser incinerado.
Personalmente creo que la culpa la tiene la sociedad y en concreto nosotros. La gente muere desde el inicio de los días y todavía no hemos solucionado esto. Tampoco hay respeto y/o culto a la muerte como en otras culturas.
En definitiva, falta educación y menos represión en este país (entre muchas otras cosas). Gracias por compartir tu opinión.
+1 al artículo.
Hola Silvia:
Ante todo, decirte que siento tu pérdida y que comparto tu punto de vista.
Te dejo un enlace de un espacio laico que hay en el cementerio de un municipio cercano a donde yo vivo. Es un ejemplo de que con un poco de voluntad política, se pueden respetar todas las creencias.
http://www.diarioinformacion.com/cultura/2010/12/26/espacio-paz-credos/1078863.html
http://qbarquitectos.com/Espacio-de-meditacion
Saludos
Aunque lo respeto, no puedo sino sentir pena por las personas ateas. Sin esperanza alguna para el mas alla. Te mueres y se acabo, al hoyo!. Que triste pensar q tu hijo, esposo ahi estan en un agujero , sin mas. A mi,asi no me compensa vivir, pasar calamidades en esta vida para que? Para nada? Gracias a DIOS que creo y se que ire para un lugar mejor , si me lo merezco claro, puedo elegir ir para otro peor, esta en mis manos.
El tanatorio de cornella de llobregat es multiconfesional, tiene una cascada y flores, el resto de simbolos lo ponen en el momento. muy sencillo todo, pero muy adecuado.
Saludos
Querría decirle a Silvia muchas cosas: que siento su pérdida y que entiendo su indignación porque este tema es como darse de cabezazos contra las paredes. Que te preparan la sala de velatorio y a la que te descuidas, ¡zas! te han colado el crucifijo. Que sí, que hay que pedir “el arca” (hay que ver, los eufemismos de la muerte, llamarle así a la caja de toda la vida) sin símbolos religiosos y aun así te los intentan colar…y mil cosas. Pero que poco a poco ya van apareciendo en la Comunidad de Madrid algunos tanatorios con espacios aconfesionales. Que, poco a poco, se puede hacer ya una despedida laica de nuestros seres queridos. Que queda mucho por cambiar, pero que algo está cambiando. El año pasado nos despedimos de un ser muy querido en un tanatorio municipal, en una muy amplia sala, brindando (como él quería) con un buen vino y sin un cura ni un crucifijo cerca. Costó, pero lo conseguimos. Y cuantos más seamos, más conseguiremos. En esos momentos de dolor no hay que claudicar ante los “profesionales de la muerte” que siempre intentan arrimar el ascua a su sardina.
@Manuel, ese “relaciones de cooperación con la Iglesia Católica” lleva una proposicion “y” detras, por lo que no puedes aislar ninguna parte. Es “con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Lo que incluye el ateismo, que es una aconfesion.
La iglesia no tiene culpa de lo que te pasó. Tampoco la cara de sorpresa de las personas a las que indicaste que nada de crucifijos ni nada de ceremonias.
El enterrar o incinerar a una persona ya connota un acto de ceremonia (no necesariamente tiene que ser católico), conociendo que social-mente nos movemos por costumbres, y donde lo atípico en este caso son los caso de funerales sin ninguna connotación religiosa, no es de extrañar, que se debe hacer hincapié en lo que deseas, sin llevarte a tal amargura y sorpresa, pues al final (si no he entendido mal) tuvisteis lo que pedíais.
cuando mi padre falleció no queriamos misa, y nos obligaron, pedimos al cura q fuera lo mas corta posible pues no eramos creyente e hizo todo lo contrario, alargo la misa casi 40 min (suelen ser de 20min) y dijo en mitad de la misa “las personas que no se despiden de sus seres queridos con un acto religioso son unos malnacidos” en ese momento me limpie mis lagrimas, me levante, fui hasta el altar y le dije al cura en bajito q se daba por terminada la misa y que no se llevaba un puñetazo porque yo tenia mas educacion que la que él pudo tener en toda su santa vida. La gente catolica nunca entiende q sus creencias no tienen q por qué ser las de los demas y que hay una vida ademas de la religiosa.
Mi padre falleció el 17 de febrero de este año y me ocurrió algo parecido, aunque en este caso mi madre decidió hacerle misa y según el ritual católico. Pero yo me encargué de todo el papeleo y como dices todos los ataúdes vienen con crucifijo, por defecto misa… Pero en nuestro caso se podían hacer despedida laicas, en la que sale un hombre hablando de la vida sin nombrar le religión, simplemente con música, etc. Nosotros lo teníamos todo cubierto, así que no tuvimos que pagar nada. Pero tu historia me parece indignante.
Yo soy ateo, y espero que el día que me muera no haya ningún símbolo religioso de por medio. Ya me he encargado de decirlo a la familia, pero el hecho de que “por defecto” los velatorios sean católicos es una vergüenza. Como los colegios con crucifijos. Que dejen decidir, sin imponer ni “creer saber” lo que sienten los demás.
Me sumo a las condolencias, y yo también sufro los mismos problemas, y me pone de los nervios cuando el personal empieza a decir “es la costumbre”, “es lo que se hace”, y es que siempre pasa lo mismo, no se puede ser de distinta opinión a la masa irracional.
Las costumbres se hacen leyes y aunque haya leyes que las intenten cambiar, seguirán siendo costumbres.
Hace poco he ido a una comunión, de la hija de unos amigos, que no pisaban la iglesia desde hacía lustros, o sea desde su boda también católica, y no la pisaron ni la pisarán nunca más mientras no haya un “evento” religioso y familiar que lo requiera.
O sea, que son católicos pero de boquilla. Luego no hacen nada, como tantos otros, que muestre su creencia, salvo en momentos muy concretos como estos.
Para mí eso es sencillamente ignorancia e hipocresía. Contra eso es muy difícil luchar, pero no por eso voy a rendirme.
Eso sí, me abstuve de manifestar mi opinión, lógicamente era un invitado más y podría haber elegido no ir.
Espero que a la hora de mi entierro, mi familia recuerde mi preferencia y haga lo posible para que me incineren sin nada de eso.
Aunque si lo hacen, poco me importará a mí.
Queria comentar que justamente hoy he firmado un documento que en Aragón se llama “Declaración de voluntades anticipadas”, en Euskadi le llaman “Testamento vital”, y que consiste en dejar firmado las preferencias y decisiones que tomas respecto a tu cuerpo (cuando no estás en condiciones de expresar tu voluntad) o tu cadáver (cuando has fallecido).
En resumen, se trata de nombrar un representante y anotar si deseas donación,de órganos, incineración, servicio religioso, etc
La ley de 2011 recoge el derecho a muchas cosas y el expediente se escanea y está accesible desde cualquier centro hospitalario de España.
Por si te fuera útil…
Soy funerario, aunque no en la zona de Madrid, sino mucho más al Sur. Cuando tratamos con una familia, al menos en mi empresa, estamos obligados a preguntar a la familia si quieren o no un crucifijo. Algunas familias se indignan por la pregunta, ya que no conciben que no haya un crucifijo en el ataúd. De cada 100 casos, quizá una familia no quiera el crucifijo, y te lo dicen de entrada. Los féretros, de hecho, suelen venir sin la cruz montada, cosa que se hace en el almacén.
Otro caso muy distinto es el de la sala de los tanatorios y sus capillas. En la gran mayoría de los casos tienen los elementos religiosos por defecto, por no decir pegados en la pared, por lo que es imposible quitarlos. No estoy nada de acuerdo con esta práctica, pero como funerario no hay absolutamente nada que podamos hacer al respecto. Sólo podemos quitar los Cristos que están de pie en la cámara del féretro, y eso siempre que los operarios del tanatorio den su consentimiento. Espero que la cosa cambie, porque cada cual tiene derecho a velar a sus muertos como quieren y, tal y como tú decías, vivimos en un país aconfesional.
respondiendo a “treis” (jun 6, 2014 at 1:54 am):
Es una idea interesante la de que un ateo pueda seguir siendo ateo rodeado de simbolos porque no cree en ellos. Pero llamas “anti religion” a esos ateos que quieren estar sin simbolos en sus ceremonias. En todo caso son “anti religion” en su propio espacio, no en el de los demás.
Y usando tu propio argumento, treis, ya que un católico no cree en los dioses hindús o en Mahoma, o en Buda, ¿que te parecería realizar un acto católico donde la cruz este rodeada de todos estos otros símbolos en los que no crees y que serian por lo tanto para ti muñecos?
Tendras que buscar, creo, otro argumento interesante para poder entender o explicar lo que percibes como odio de los “anti religion”.
Véanlo como un nicho de mercado: Si hay tanta necesidad de tanatorios aconfesionales, háganlos. Es más: anúncienlos como tales y no acepten clientes que tengan confesión religiosa. En este momento en que España tiene que ser creativa económicamente me parece que, ya que han detectado esta necesidad, pueden servir a un sector (por lo visto muy numeroso) que está siendo desatendido.
Pablo2garcia:
Si viviera en la India, en Arabia Saudita o en China, donde las creencias mayoritarias son diferentes a las mías, no tendría inconveniente en que el funeral de mi ser querido estuviera rodeado de símbolos religiosos distintos a los de mi preferencia….
Gracias por tus palabras. La tristeza que se destila en cada una de las frases me perturban.
No creo que hubiera sido capaz de mantener la calma.
La iglesia se ha metido en todo y cada parte de la vida para estar presente…
Cuando los ninos nacen, los bautizan sin permiso (ver la cancion jesus es verbo de arjona).
Cuando estudian, les lavan el cerebro para que estudien evolucion pero crean que es mentira… Luego les hacen un paso llamado confirmacion cuando entran a la preadolescencia para autoconfirmar lo que no eligieron.
El sexo es hecho tabu y es visto como pecado, por lo que los ninos y adolecentes son obligados a verlo como pecado, impidiendoles disfrutar de su sexualidad. A excepcion de los abusos clericales pederastas claro esta.
El matrimonio como no, por lo religioso por costumbre. Ademas de la monogamia de estos dogmas. La monogamia es un invento nuevo. De esta forma se atan las personas a otra persona y supervisadas por un dios.
Seria excelente ver un cepelio ateo y un cementerio ateo pagado por el estado y no dentro de una iglesia.
En mi pais, Honduras, el presidente le acaba de regalar una estacion de radio a la iglesia catolica, ademas le va a dejar administrar el instituto de la ninez y la familia a la iglesia catolica para que maneje las finanzas, pero no los centros.
Honduras ha sido un estado laico desde sus inicios, pero este presidente esta regalando los bienes y el futuro de el estado a la iglesia mientras hace cero inversiones en obras sociales, por el contrario esta pasando a privatizar las empresas publicas, ademas de crear zonas de cero acceso telefonico como las carceles en lo que las telefonicas bloquean las comunicaciones con el pretexto de bloquear llamadas de extorcion y ahora los centros militares podran ser usados como prisiones, todo apunta a que se llega a una dictadura de ultraderecha en Honduras como en los tiempos de Pinochet o Franco. Pero nadie lo ve todavia.
Hola Amparo // jun 6, 2014 at 10:50 am
no sientas pena por mí, no necesito tu compasión; guárdala para tus seres queridos. si mi alma va o no al infierno es asunto mío; yo decido si he de vivir una vida eterna en otra vida o si me gasto todos los días de mi corta vida viviendo el aquí y el ahora sin hacer daño a nadie y dejando algo útil a la humanidad o mis seres queridos, saludos.
En primer lugar quiero felicitar a la autora por conseguir pasar con ese amor y esa serenidad el trance de la muerte física de un ser querido.
Después, quiero responder al comentario de Amparo: ¡Qué atrevida es la ignorancia! ¿Te damos pena los que no creemos en dios, en tu católico dios, por ejemplo? ¿Qué tiene que ver dios con la creencia en la vida en el más allá? Claro que hay vida después de la muerte, pero vida de verdad, no la que proponen los católicos vendedores de parcelitas en el “cielo”, que por dinero dan la absolución a verdaderas monstruosidades. El universo está lleno de vida, de conciencias que viven y no necesitan ningún dios de pacotilla al que ni siquiera le hacen caso en sus mandamientos.
A mí la que me das pena, eres tú. Encerrada entre las cuatro paredes mentales de una religión que solo es una estructura de poder para manipular y machacar a los demás.
Si de verdad quieres creer en un dios, te lo tendrías que imaginar más señor, más elegante, más coherente y más amoroso que no ese patraña de que hay un pecado original que ha de ser lavado por un hijo crucificado…. Cuando una persona con la lógica y la ética intactas toma contacto con esas patrañas, no puede dejar de sorprenderse de dichas estupideces, sobre todo si tiene el adecuado sentido de la transcendencia y SABE por su propia experiencia que la vida sigue después de la muerte del cuerpo físico.
No creo que tengas razón en tu exposición, mi mujer tiene claro desde hace muchos años el tipo de ceremonia, o mejor dicho el protocolo que tengo previsto para el fin de mi vida, entre los que no se encuentran ningún tipo de ceremonia religiosa ni pagana, ni la recepción de ningún tipo de “duelo”. Yo soy así, desde hacer muchos años. Mis hijos fueron los primeros que no se bautizaron, en la familia e incluso en el municipio y tengo grandes amigos en las filas de la iglesia católica a la que, tras exponer mis prioridades fueron de los primeros en respetarlos, y por eso desde aquí quiero rendirles un pequeño homenaje, no lo haría si no fuera porque en esta época nadie les respeta por tener otra fé u otras creencias). Libertad religiosa, de fé o de culto para todos, no sólo para los contrarios a la iglesia católica.
La religión es algo necesario, pero no la religión que se nos ofrece desde las escuelas. Eso no vale para nada. Lo mismo que la educación.
Jesucristo no encontraría nada igual a lo que él dejó, ya que todo está deformado hasta el ridículo. Hasta el ridículo.
Gracias por compartir tu experiencia. Por lo que cuentas has sabido llevarla muy bien. Espero poder hacer lo mismo si me veo en el caso y que la rabia y frustración no se adueñen de la situación. De todos modos, a parte de la religiosidad intrínseca de los tanatorios, hay demasiados sinsentidos alrededor de este negocio. Por ejemplo, incluso si lo que deseas es ser incinerado, es obligatorio hacerlo en un ataúd de madera (¿Cuánto es el precio mínimo, 500 euros?), no pudiéndolo hacer en una caja de cartón, lo que sería mucho más económico y ecológico. Los que dirigen este negocio juegan la papeleta mágica del dolor del momento y así es muy difícil cambiar cosas por muy lógicas que parezcan.
Saludos
Yo tuve que despedir a un amigo, hace años. Él era ateo… y no pude entender dos cosas. Que le hicieran ceremonia religiosa… y mucho menos que los de la Iglesia pasaran el cepillo. ¿De verdad no hay un momento mejor? ¿De verdad que mientras le estamos diciendo adiós me tienes que pedir unas putas monedas?
Como sea, no nos conocemos de nada, pero te envío un abrazo, Silvia, por el difícil momento que estás pasando.
Querida Silvia, totalmente de acuerdo contigo. Creo, como mucho comentaristas, que es más culpa de la costumbre que de la Iglesia católica. Cul
pa también de que la mayoría de las personas que se enfrentan a una situación similar, en esos momentos tan duros, prefieren evitar el follón o quitárselo a sus seres queridos, y no quieren o no se atreven a enfrentarse con la burocracia del tanatorio. Has sido muy valiente en contarlo y seguro que has puesto un granito más de arena para que estas “costumbres” o “tradiciones” se vayan poco a poco superando. Es una pena que no estén superadas ya y que en esta España nuestra todavía sorprenda que cualquiera quiera celebrar una ceremonia civil sin el acompañamiento religioso añadido. Un beso fuerte
Hola, soy catolico practicante y deseo para mi el ritual funerario de la Iglesia; escribo desde Segovia, donde el tanatorio es de una empresa privada y no hay problema para hacer una despedida laica, aconfesional o atea. No es problema de la Iglesia, hoy la Iglesia y la inmensa mayoría de los católicos respetamos que cada uno se despida como quiera. Lamento la agresividad verbal de muchos comentaristas hacia la Iglesia. Y por supuesto, es un gran valor la espiritualidad, yo la prefiero a través de mi religion, pero también se puede ser espiritual al margen de las religiones. Saludos a todos
bravo silvia. por tu forma de contar. por tu honestidad. por tu valentia. por poner tu testimonio al servicio de la denuncia. un abrazo grande. salu2
Soy católico practicante y he militado en varias asociaciones católicas. Tiene razón la articulista Silvia Melero. Hay un exceso de poder del clero católico en este país que no se corresponda con una sociedad moderna y laica y el sector de la iglesia católica de la linea Rouco siempre está luchando a capa y espada no solo por mantener si no por incrementar y volver a la dictadura nacional-católica, lo cual es impresentable e intolerable.
Inicialmente peço desculpas por escrever em português. Tenho dificuldade para me expressar em seu idioma.
Eu acredito que as sociedades atuais – tanto no seu país como no meu – estão vivenciando uma fase muito complexa e delicada porque estamos numa transição entre o passado e o futuro.
No passado as pessoas eram entendidas e tratadas como um “coletivo”, categoria ou classe (católicos, judeus, russos, negros, mulheres, etc).
Para o futuro queremos ser reconhecidos como pessoas,com direitos e diferenças individuais, mesmo que pertençamos a um grupo ou “classe”
O tempo que vivemos atualmente é um misto de práticas e concepções de um passado e de busca de alternativas que nos levem ao futuro.
Entendo, portanto, que há que se criar caminhos, abrir espaços e buscar alternativas. E, nessa busca, muitas vezes somos feridos, vencidos, não compreendidos e em outras oportunidades conseguimos ter o reconhecimento do que queremos.
Vejo que situações como esta que você narrou como frequentes. Não somente no âmbito religioso, mas também no campo da moral, da sexualidade, da liberdade de expressão etc.
Mas, vejo também, que há muitas propostas ou reivindicações atuais que necessitam mais clareza de definições e de certos parâmetros para que não passemos de uma era de obscurantismo para uma era de alienação histérica. Precisamos ter cuidado para que não abandonemos certos “ícones e monopólios” para eleger outros.
É necessária a tolerância, a compreensão do outro como ser humano, o respeito pelo indivíduo e, principalmente, a disposição em entender as dificuldades do outro em aceitar as mudanças que pretendemos.
Queremos um mundo melhor, mais livre e que atenda nossas necessidades individuais…mas, não podemos perder de vista que vivemos numa coletividade “múltipla” e culturalmente diversificada.
Então, coletivamente, devemos propor soluções: Que sejam mantidas as práticas religiosas para as diversas religiões, que sejam mantidas as práticas ciganas e de outros povos, que existam espaços “neutros” para os que assim desejarem.
Se não excluirmos ninguém…talvez possamos ser felizes no futuro.