El virus del miedo

Me preocupa ver cómo se extiende el virus del miedo, el más veloz y contagioso de todos los virus. Tengo miedo a ese miedo. Ese miedo que genera pánico y nos lleva a hacer cosas irracionales.

No dudo que es necesario, por supuesto, adoptar medidas de contención respecto al coronavirus. Pero durante estas semanas he intentado aislarme de los medios de comunicación que, lejos de informar con responsabilidad, alimentan la espiral del terror, esa espiral que nos conduce a comportamientos desproporcionados.

Me recuerda mi amiga Yolanda una frase: ” Dice el escritor mozambiqueño Mia Couto que cuando nos vencen los miedos nos agarramos a los monstruos”. No podría describirlo mejor.

Intento buscar también las buenas noticias (que las hay) respecto a cómo la gran mayoría de las personas afectadas se recuperan sin problema y cómo está reduciéndose el brote en los países de origen. Necesito poner el foco ahí como antídoto porque el virus del pánico es tan potente que nos invade, nos angustia, nos paraliza, nos desmotiva. Necesito confiar en el sentido común. Quiero confiar. Cuando esto pase, habremos aprendido cosas (como el valor de defender la sanidad pública y no recortarla). Y podremos volver la mirada a todo lo que esta sucediendo dentro y fuera de nuestras fronteras (el ninguneo de otras vidas humanas, la escandalosa corrupción de la Casa Real, etc).

Mientras pasa, sólo espero que encontremos calma en medio del ‘caos’ para que el miedo no nos contagie demasiado.