Cómo construir un beso

El beso¿Adónde irán los besos que guardamos, que no damos? se preguntaba Victor Manuel en aquella canción. Sabina también le ha cantado a los Besos en la frente y a los Besos con sal. Están los Besos de El Canto del Loco, que los quieren a todas horas: en el desayuno, la merienda y la cena. Hay besos preciosos en una canción de Javier Ruibal que se llama Para llevarte a vivir: “De todo lo que besé, 
no doy beso por perdido, 
pa que me vuelva a morder 
con la locura de ayer 
tu boca contra el olvido. Guardo un beso de reserva 
para rodar por la hierba 
cuando te vengas conmigo”.

Los besos han inspirado poemas a Neruda, Benedetti… “Hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria”, escribió Gabriela Mistral. “Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda”, reclama Gioconda Belli. Hasta hay una película sobre los Besos que matan. Y El beso le da también el título a una de las leyendas de Bécquer.

En la foto, uno de los más famosos: El Beso de Robert Doisneau. Aunque podría ilustrar también el post una pintura (El Beso de Gustav Klimt) o una escultura (la de Auguste Rodin).

Tenemos los besos de Judas, los besos temblorosos, los sinceros, los tímidos, los apasionados, los besos robados, los besos que no saben a nada y los que encierran todo el Universo. Hay besos que se dan con la boca y otros que se ofrecen con el alma. Besos de película y besos de comedia. Besos de hielo, besos de fuego, besos frescos y besos desgastados. Besos que crean adicción y besos que mejor no repetir. Besos para recibir o besos para despedir. Besos que no se piden pero se dan. Besos juguetones, besos esquivos, besos rebeldes. Besos hambrientos y besos sobrantes. Besos sanadores, besos cómplices. Besos infantiles, besos de rana, besos sonoros (los de las abuelas), besos maternales. Besos de amor. Besos libres.

Vino a mí en una ocasión una de las descripciones más bonitas que he leído sobre los besos. Desconozco quién es el autor, ya que firma bajo pseudónimo en un blog (Destripacuentos). Lo comparto con el pesar oculto de saber que no se me ha ocurrido a mí escribirlo:

Siempre lo construyen despacio, son minuciosos al extremo, no se permiten obviar ni uno solo de los detalles.

Se descubren, se observan de lejos, se aproximan, se observan de cerca, se alejan, cambian e intercambian perspectivas, se miran.

Se huelen, tan tan pegados que, aún sin rozarse, se asedian… Se rodean, olfatean su calor, se sienten.

Se dicen, prestan sus oídos a lo innegable y a susurros, se confiesan esas palabras que arrullan el alma.

Se tocan, rozan sus mejillas, acarician la punta de su nariz, transitan sus párpados cerrados y, finalmente, aciertan a respirar el mismo aire, a encontrarse, en la boca del otro.

Juegan, se humedecen mutuamente los labios recorriéndolos con la lengua, se saborean, se exploran, se aprenden, se prueban, se investigan, se paladean, se analizan, se relamen… Se besan.

Se aman.

Siempre lo construyen despacio, son minuciosos al extremo, no se permiten obviar ni uno solo de los detalles. Es lo que ellos llaman, arquitectura de un beso.

 

Pues eso, que ustedes se besen mucho.